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Misty Beethoven

jueves, 31 de julio de 2008

No se imaginaba Bernard Shaw, cuando decidió utilizar un mito clásico griego en su obra "Pigmalión", que de su obrita de teatro derivarían filmes tan diversos como "My Fair Lady", "Pretty Woman" o los dos que nos ocupan hoy. Mucho antes de la peliculilla de Julia Roberts y una década después de que se estrenara la de George Cuckor, Henry Paris creó una de las mejores películas para adultos de toda la historia. Y casi treinta años después, la estupenda actriz e interesante directora Veronica Hart decidió hacer un remake dándole una vuelta de tuerca, y creó un fantástico musical porno que dejó sin habla a todos. Empecemos por el principio.

THE OPENING OF MISTY BEETHOVEN (Henry Paris, 1976)

En 1976, con Jamie Gillis, Jaqueline Beudant y Constance Money en los papeles principales, Henry Paris rodó entre Roma, París y Nueva York "The Opening Of Misty Beethoven", un magnífico filme de 300.000 dólares de presupuesto (¡de aquellos tiempos!) que tuvo el desgraciado título en español de "Paraíso Porno".

Rodada con el brío y la agilidad de la época, la película cuenta la historia de un sexólogo excéntrico y multimillonario (Jaime Gillis) que, en un cine X parisino, conoce a una prostituta zafia y barriobajera llamada Misty Beethoven (Constance Money). Mientras en la pantalla se desarrolla una escena de sexo, Misty le hace una paja desganada y totalmente carente de morbo a un hombre mayor vestido de Napoleón (¿!) –eso sí, se nos expone en un fantástico montaje paralelo con la pantalla de cine haciendo coincidir las eyaculaciones-. Tras este inicio extraño y surrealista y, aunque ella ni siquiera sabe chuparla, Gillis decide hablar con la inepta prostituta y le ofrece transformarla en la profesional del sexo más excitante, requerida y famosa de todo el mundo.


Mezclando la comedia y el drama, Paris rodó este filme con mucha vivacidad y la libertad sexual típica de la época. Todo en ella está bien. El guión de Jake Barnes desarrolla la historia de forma fenomenal y divertida y ofrece más de un momento surrealista y memorable (todos querríamos volar en sus líneas aéreas y pedirle a la azafata un desayuno continental, una copa de cava y dos mamadas con toda naturalidad). Y recitando las estupendas y memorables frases del guión, un magnífico Jamie Gillis, posiblemente el mejor intérprete del cine X clásico, que realiza un trabajo irrepetible secundado por Jaqueline Beudant, que lo clava en su papel secundario, y una novata Constance Money, ideal para el papel pero a la que se le nota la falta de tablas en algunos momentos.


Producida por L. Sultana, combina estupendos exteriores en diferentes países con algunos interiores icónicos y originales, fantásticos y ya míticos gracias a la dirección de arte de Anton Stone; todo ello adornado con una estupenda banda sonora, siempre magnífica combinando score ambiental, rock y algo de sintetizador y el mítico daba-daba-da.


Las escenas de sexo son intensas y rápidas y cada una posee un tono particular, pero descaradamente sensual. Además de las constantes felaciones a Jaime Gillis durante las escenas argumentales, encontramos escenas tan diversas como la que inicia el filme en la pantalla de cine, un rápido polvo de Jacqueline Beudant y un apasionado francés de una prostituta en el local donde trabaja Misty.


Pero las mejores vienen después: El polvo de Misty con un aristócrata en el baño, sus felaciones a los tres criados de Gillis, la pequeña orgía en casa de éste, un sensual polvo entre ella y un rico amanerado, y la escena final entre Gillis y Misty. Memorable es el carnal trío entre la protagonista, una mujer de pelo corto y otro rico semental, que alcanza el clímax cuando Misty se pone un arnés con pene incorporado y, mientras el semental folla con la otra chica en la postura del misionero, Misty llega por detrás y penetra al chico con el arnés. Una escena imposible de ver en una producción hetero actual y que da un buen ejemplo de la libertad sexual con la que se rodaba en la edad de oro del porno.


Además de todas estas escenas, las felaciones inundan todo el metraje (a Gillis, a sus criados o a pasajeros de los aviones) y en general se respira un ambiente sexual que no te permite relajarte. Eso sí, todo esto con el look de las mujeres de los 70, con más pelo del que estamos ahora acostumbrados (tampoco demasiado, la verdad) y un estilo de rodar el sexo distinto al actual.


Sin embargo, creo que esta película es un buen primer plato para aquellos que quieran probar si les convence el cine X clásico y que, aunque a algunos les pueda 'chocar' un poco este look setentero de la chicas, les dejará con más ganas de ver más títulos de la edad de oro.


La película, en general, asombra por su desparpajo, por una dulce Constance Money (a la que se le podría haber sacado más partido), buenos diálogos, gran sentido del humor y por la indudable calidad interpretativa del trío protagonista, que nos recuerda que, en sus inicios, el porno estaba muy cerca del cine convencional.


MISTY BEETHOVEN. THE MUSICAL! (Veronica Hart, 2004)

Tuvieron que pasar casi treinta años para que alguien (la gran pornostar convertida en directora de culto Veronica Hart) se atreviera con un remake de este clásico. Pero Hart y la compañía VCA no se limitaron a hacer un remake típico, que simplemente actualizase la época y el look del filme. El remake de “The opening of...” (considerada por muchos la mejor película de la historia del cine para adultos) tenía que ser algo muy grande. Y, sin duda, lo consiguieron.

El guionista Maxwell Hart, la directora y todo el equipo crearon en 2004 un musical porno a partir de la idea y los personajes de Henry Paris. El resultado fue un fantástico espectáculo gracias a unas más que correctas escenas argumentales, unas fantásticas canciones muy bien interpretadas y unas excitantes escenas sexuales.


La historia es muy similar. Randy Spears interpreta a un excéntrico multimillonario apasionado del sexo que, rememorando la hazaña lograda por el sexólogo del filme clásico (que aquí es tomado como si hubiera sido un hecho real) decide hacer lo mismo que él. Para ello, se va a un local de espectáculos llamado Underworld a buscar a una chica adecuada. De nuevo, somete a la nueva Misty (Sunset Thomas) a una instrucción en felaciones y sexo diverso (viendo vídeos de Ginger Lynn ¡!), pero ella no se siente del todo a gusto y lo que quiere es desarrollar otra faceta suya: la de cantante. Randy acepta y pretenderá que se acueste con productores y que los seduzca con sus artes sexuales y con su voz.

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Obviamente, la cosa cambia con respecto a la original en cuanto al nivel de producción de la película. Aquí no hay exteriores tan selectos como los del filme del ‘75 y no está rodada en 35 milímetros, sino en video, lo que en un primer golpe de vista no se nota, pero que hace perder viveza a las imágenes. Sin embargo, todo esto lo suple la directora con su arriesgado punto de vista y su acertado montaje, un buen trabajo de cámara, un atrevido guión y muy buenas canciones. Y los actores y actrices muestran una gran entrega en las escenas sexuales y logran buenas interpretaciones tanto en los diálogos como cantando. Randy y Chloe son los que más destacan, pero el resto del reparto tampoco se queda atrás y entre todos dan vida a unos personajes creíbles y bien construidos.


Las escenas sexuales son muy buenas. No es de extrañar, ya que los creadores saben mucho de porno y las actrices (totales protagonistas de este filme, con permiso de Randy Spears) son tremendas. La primera escena es una felación de una maravillosa Chloe a Randy Spears. Ya dijo Cecil B. DeMille que un filme tiene que empezar con un terremoto y, de ahí, ir subiendo en intensidad. Así que tras esta buena escena que abre el filme (con canción y créditos durante la mamada), nos espera un montón de buen sexo: una orgía en casa de Spears donde participan los criados y criadas (de entre las que destacan Ava Vincent y Misty Mason) con estupendas felaciones y un beso negro que disfruta Chloe; Malitia cobrando la entrada del garito mientras le practican un anal.

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Siguen un tremendo trío con Kelly Steele, con doble penetración incluida, en el club Underworld; otro trío protagonizado por una estupenda Julie Meadows tras cantar el tema "Two Holes" (que anticipa otra nueva doble penetración), y Mia Smiles saboreándosela a Randy mientras éste habla con el sexólogo protagonista de "The Opening of…" (que por alguna extraña razón no lo interpreta Gillis). Y además, encontramos una felación triple de Sunset Thomas (en homenaje al filme original) a los tres criados interpretados por Tyce Bune, Mike Horner y J.T. Cannon. Casi nada.   


La música tampoco se queda atrás. Con mucho rock y algunas baladas, nos encontramos con muy buenos temas instrumentales de Romeo Lovell y unas fantásticas canciones escritas por Maxwell Hart. Randy abre el filme entonando dos temas que encajarían, por estilo, en cualquier musical teatral: "A little class" y el temazo "The Penis Tango" (una pegadiza canción que no te puedes quitar de la cabeza). Mientras interpreta la primera, Chloe le hace un francés bien completito. Poco más tarde, el segundo tema suena en una surrealista escena donde su pene es el que canta (gracias a los efectos especiales de Al Dente).


Tras Spears, llegan las canciones del resto del reparto, siendo las más destacadas el rock 'Two Holes' de Julie Meadows sobre el escenario; las dos versiones (rockera y lenta) de 'Fuck the World' interpretado por Sunset (que también se luce en la cabina de grabación con una balada), y un impresionante Evan Stone con la rockera 'Shoulda been mine'. Pero sin duda, queda para el recuerdo ver a Mike Horner, J.T. Cannon y Tyce Bune (aunque la voz de este último es la del propio Max Hart) interpretando la divertida "Three Rods" durante la triple felación de Sunset. Y para terminar el filme por todo lo alto, Chloe y Sunset interpretan una breve versión del segundo tema de Spears titulado "The Pussy tango", que termina con el público del local en pie, con los brazos alzados a lo “Jesucristo Superstar”, entonando el apoteósico final de la canción.

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En conclusión, un auténtico y fabuloso espectáculo en términos cinematográficos y sexuales que hace revivir a la mítica Misty con muchos guiños a la genial obra de Henry Paris, pero con un estilo nuevo. Dos películas únicas y fabulosas que conforman dos grandes e imprescindibles exponentes del cine para adultos.

2 comentarios

  1. Sam Ordet Says:
  2. aún no he tenido ocasión de ver estas dos películas, pero Henry Paris hizo cosas de interés como "Barbara Broadcast", felicidades por este blog que tiene un lema muy cierto, el porno también puede ser buen cine, y a menudo lo es. Saludos. (ah, llevo el blog de cine arrebatodecineoriginal, también es blogspot)

     
  3. Anónimo Says:
  4. Henry Paris es un seudonimo de Radley Metzger

     
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Sí, es correcto, con el guión bajo en medio; hotmail no me deja hacerlo de otra forma, xD

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